DECÁLOGO DEL INVERSOR

A pesar de que el asesor financiero deber ser una figura importante en la gestión patrimonial del inversor/ahorrador, éste también debe asumir una serie de medidas para poder tener un mayor conocimiento de su patrimonio. En España el inversor se caracteriza por tener una cultura financiera insuficiente y no ser consciente de cómo planificar su futuro. Pero esta situación debe cambiar. En este sentido el Instituto de Estudios Bursátiles ha desarrollado un decálogo, que debe aprender para evitar problemas como los que se han visto en la crisis subprime.

1.- Nadie como tú conoce cuáles son tus ingresos y gastos.

Para tener una estructura eficiente, los gastos no deben superar los ingresos. Para ello, analiza detalladamente y de forma organizada a qué destinas el dinero. Sabrás cuáles son los gastos superfluos y cuáles no. Así, si se reducen los ingresos podrás adaptar los costes a la nueva estructura.

2.- Planifica tu futuro.

Para tener una gestión responsable, es necesario conocer cuáles son nuestras prioridades en un futuro –vivienda, hijos, educación, jubilación…- . Sólo conociendo nuestras necesidades podemos edificar una buena gestión de nuestro patrimonio.

3.- Saca partido a tu dinero.

El paso del tiempo provoca que el dinero pierda valor –sobre todo, por la inflación-. Por ello, para que el coste de la vida no deprima tus ahorros, sácale partido mediante la multitud de productos que existen: cuentas remuneradas, depósitos, renta fija, renta variable…

4.- Conoce tus riesgos.

Sin embargo, no todo vale en la inversión. Como establece el dicho español: nadie da duros a cuatro pesetas, por lo que toda rentabilidad está asociada a un riesgo. El activo más libre de riesgo son las Letras del Tesoro a doce meses,  en torno al 1%. Cualquier rentabilidad que supere este interés tiene aparejado un riesgo mayor. A mayor remuneración más riesgo y más volatilidad. Es necesario conocer qué se quiere ganar y a qué precio.

 5.- No olvides a Hacienda.

La eficiencia patrimonial no sólo esta en sacar rentabilidad a nuestro capital, sino en valorar esta rentabilidad en relación a la fiscalidad que tiene el producto. Por ejemplo, mientras que la Letras del Tesoro están exentas, los rendimientos del depósito tienen una retención del 19%, e incluso si se consiguen rendimientos por encima de los 6.000 euros, la tributación se eleva al 21%. Por el contrario, la vivienda, por ejemplo, cuenta con ventajas fiscales todavía. Conoce qué producto te beneficia dependiendo de tu estructura patrimonial.

 6.- Busca asesoramiento profesional.

Aunque la figura del asesor financiero es poco conocida por el particular, es necesario acudir a ella para buscar el mejor asesoramiento. Lo mismo que se acude a un abogado cuando se tiene un problema legal, es importante contratar los servicios de un asesor si se quiere tener una buena planificación patrimonial. Como no todos los asesores financieros valen, resulta obligatorio conocer bien qué firma contratas. La CNMV lleva un registro de las firmas que están reguladas.

 7.- Conoce y analiza el producto que adquieres para que se adapte a tus necesidades.

Uno de los problemas de la actual crisis crediticia es que muchos inversores han contratado productos que no conocían. Aunque el lenguaje financiero puede ser un poco complicado, no permitas que tu asesor financiero no te explique bien qué estas adquiriendo. Su labor es hacer comprensible y en un lenguaje accesible qué activo vas a tener en cartera. Sin un conocimiento total del activo, no lo adquieras. De hecho, la legislación está siendo muy estricta y, por ello, tu asesor te hará una serie de test para que te puedas asegurar si eres consciente de los riesgos que asumes. Pregunta cualquier duda que te surja, porque en ello van tus ahorros.

 8.- Guarda la información.

Siempre que contrates cualquier producto, guarda la información que te proporcionen –riesgos del producto, duración, reembolso del capital, comisiones…-, ya que si luego necesitas realizar cualquier reclamación te la pedirán. La empresa de servicios de inversión debe proporcionarte la información necesaria para poder seguir la evolución de tus inversiones.

 9.- Analiza periódicamente tu inversión.

No todos los productos sirven igual en cualquier momento económico. Por ello, es necesario que periódicamente analices y cheques tus activos financieros para que aporten el mayor rendimiento. Por ejemplo, un depósito que ofrece un 3%, si la inflación se encuentra al 3,2% no es nada eficiente.

 10.- El regulador es tu amigo.

Si tienes algún problema con tu entidad o asesor debes presentar una reclamación ante el servicio de atención al cliente o el defensor del cliente de la firma. Si no recibes respuesta en dos meses o si no estás de acuerdo con la solución que te han presentado, la CNMV cuenta con la Oficina de Atención al Inversor, que se encarga de atender las consultas, quejas y reclamaciones de una forma rápida y gratuita.

Fuente: El Futuro del Asesoramiento Financiero en España (Patricia Vega). Instituto de Estudios Bursátiles

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